Wednesday, December 02, 2009

On the National Spiritual Assembly of Brazil's Open Letter to Mr. Ahmadinejad:

Via Sam... -gw

Here are translations in both English and Spanish of the Open Letter the Brazilian NSA sent to Mr. Ahmadinejad, during his last week's visit to Brasil.

Credit goes to to Ms. Jheniefeer Sayyáh, who, gladly and promptly, translated it from the Portuguese published version.

Uploaded on November 24, 2009 by MIRIAM GODET on flickr
ESPANHOL:

Exmo. Sr. Presidente:

Su visita a Brasil, por invitación del Presidente Lula, provoca una reflexión sobre las relaciones de los dos países. Brasil e Irán han aumentado su actividad en el escenario mundial: son países emergentes, con enorme influencia geopolítica, y presentan poblaciones marcadas por la diversidad. Nada más natural, por lo tanto, que promover esta aproximación, compartiendo buenas prácticas y comprobando posibilidades de cooperación.

En nombre de dichas semejanzas, llamamos su atención sobre el siguiente punto: mientras que Brasil ha adoptado un modelo de convivencia en medio de la diversidad, con políticas direccionadas a la apertura de la participación y el respeto de los derechos humanos, en Irán hay prácticas temerarias de restricción de los derechos y de persecución a las minorías raciales, de género, etnia, orientación sexual y de identidad religiosa.

Allí, los bahá’ís (la principal minoría religiosa del país) enfrentan severas consecuencias de la discriminación religiosa, siéndoles negadas sus licencias de trabajo, el acceso a educación y justicia. Sus propiedades y sitios sagrados son confiscados y destruidos. En los últimos 30 años, más de 250 fueron ejecutados; más de 200 fueron presos arbitrariamente, intimidados y hostigados desde 2005 —todo por no negar su fe. Sus 7 líderes nacionales continúan presos arbitrariamente hace más de 18 meses, siendo su defensa continuamente obstaculizada.

Los medios de comunicación controlados por el gobierno ofenden a los bahá’ís con centenas de artículos, programas de radio y televisión, publicaciones en la web y folletos con discursos de odio, promovidos por clérigos y oficiales gubernamentales —mientras que los bahá’ís son prohibidos de ejercer su derecho a respuesta.

Aquí en Brasil, los bahá’ís participan en la construcción de la democracia y el desarrollo de sus comunidades —actividades reconocidas por la comunidad y el gobierno brasileño. Aquí pueden practicar su fe con libertad y seguridad, de acuerdo con los principios de unidad de los pueblos, de igualdad racial y de género, de promoción de la paz y el servicio de la humanidad.

¿Cómo justificar esta diferencia de trato? ¿Por qué los bahá’ís en la mayor parte del mundo son vistos como personas de buena voluntad, comprometidos con el avance de la sociedad, sin involucrarse en la política partidista, y en Irán, justamente la tierra en que su Fe nació en el siglo XIX, reciben un trato tan degradante?

Es responsabilidad de los gobiernos promover el bien común, defender los intereses de sus ciudadanos y estimular el desarrollo humano, con justicia y dignidad. Esperamos que el diálogo entre los dos Presidentes estimule a la reflexión sobre las necesidades de nuevas políticas en Irán, que permitan a los seguidores de todas las religiones, incluyendo a los bahá’ís, contribuir con el progreso de su tierra natal.


INGLÊS:

Mr. President:

Your visit to Brazil, invited by President Lula, provokes a reflection on the relations between both countries. Brazil and Iran have increased both their attention in the world scenario: they are emerging countries, with enormous geopolitical influence, and a population marked by the diversity. Nothing more natural, therefore, that to promote this approximation, sharing good practices and verifying possibilities of cooperation.

In name of the above mentioned similarities, we call your attention on the following point: whereas Brazil has adopted a model of living together in diversity, with policies aiming at intensifying participation and the respect for human rights, in Iran there are reckless practices of restriction of the rights and of persecution to the racial minorities, of gender, ethnicity, sexual orientation and of religious identity.

In Iran, the Bahá'ís (the largest religious minority in the country) face the severe consequences of religious discrimination, having their work licenses denied, as well as their access to education and justice. Their properties and sacred places are confiscated and destroyed. In the last 30 years, more than 250 were executed; since 2005, more than 200 were arbitrarily imprisoned, intimidated and harrassed – all because they will not deny their faith. Their 7 national leaders have been arbitrarily imprisoned for more than 18 months, their defense being constantly impeded.

The government-controlled media offends the Bahá'ís with hundreds of articles, radio and television programmes, web posts and leaflets with speeches of hatred, promoted by clergymen and governmental officials – whereas Bahá'ís are prohibited from exercising their right to response.

Here in Brazil, the Bahá'ís take part in the construction of democracy and development of their communities – activities recognized by the Brazilian Government and society. Here, they can practice their faith with freedom and safety, in consonance with the principles of oneness of humankind, equality of race and gender, promotion of peace and service to humanity.

How can this difference of treatment to be justified, then? Why is it that the Bahá'ís, in most parts of the world, are seen as persons of good will, committed with the advancement of the society, without any involvement to partisan politics, and in Iran, precisely where their Faith was born in the 19th century, they receive such a degrading treatment?

It is the responsibility of governments to promote the common good, to defend the interests of their citizens and to stimulate human development, with justice and dignity. We hope that the dialogue between both Presidents may stimulate the reflection on the needs of new policies in Iran that allow the followers of all the religions, including the Bahá'ís, to contribute with the progress of their motherland.

Posted via email from Baha'i Views

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